viernes, 20 de mayo de 2011

LA SALUD EL CANCER Y EL MANGOSTAN




EL MANGOSTAN y EL CANCER

El cáncer es un termino general que cubre una variedad de trastornos que tienen en común un crecimiento celular anormal y fuera de control que no se para por si mismo. En condiciones normales, el crecimiento celular esta bajo un estricto control de nacimiento de la célula igual a muerte de célula; de modo que el numero normal de células en el cuerpo sigue relativamente constante. A veces puede haber un crecimiento anormal no canceroso. Aun así, llamamos al tejido anormal “Tumor; pero es benigno y maligno (canceroso). En esta información solo trataremos sobre el Cáncer.

El mecanismo que estimula a las células a dividirse y multiplicarse (cuando el cuerpo necesita hacer trabajos de reparación o reemplazo), para después apagarlas esta bajo control de los genes contenidos en los cromosomas del núcleo. Estos genes, que son formados por ADN, pueden ser considerados como los policías de la sociedad celular. El núcleo de la célula formaría el centro de control para toda actividad regulartoria.

En el núcleo, el ADN, al igual que el disco duro de una computadora, contiene toda la programación para el cuerpo. Cuando sufre daño, por causa de radicales libre por ejemplo, puede corromperse o encorarse. Este daño se llama mutación y es el evento crítico que conduce al cáncer. Una mutación puede considerarse como la falta de un gen a cumplir con su deber.

Si empleamos nuevamente la analogía del policía, la mutación solo puede ocurrir si el policía (el gen) es corrompido por elementos criminales y el mismo se convierte en criminal o si se duerme en el trabajo y deja de trabajar mientras a su alrededor se llevan acabo cambios dañinos.

Siguiendo con la analogía, enfermedades, virus, contaminantes ambientales, alimentos peligrosos, etcétera, pueden considerarse como elementos criminales cuyo propósito es la desorganización de la sociedad de células en el cuerpo para después sacar provecho del caos y daños resultantes. Estos elementos criminales tienen agentes, llamados radicales libres, como locos, arremeten contra el cuerpo con armas automáticas que ellos disparan alrededor dañando las células sanas. Luego roban los electrones que quedaron desprotegidos por el ataque. Su objetivo primario es el ADN del núcleo, el centro de mando de la célula donde pueden causar el mayor daño.

Un investigador prominente de los radicales libres, el doctor Bruce Ames, estima que el material de ADN en cada una de los billones de células de nuestro cuerpo recibe aproximadamente diez mil ataques de radicales libres ¡cada día! La prevención de una brecha en las defensas del cuerpo cuando enfrenta un ataque de tal magnitud requiere del esfuerzo coordinado de todos los agentes del sistema inmunitario, que pueden considerarse como las fuerzas armadas del organismo, en colaboración de los policías o el mecanismo regulatorio de los genes.

Cuando, a pesar de los mejores esfuerzos del cuerpo, se abre una brecha en las defensas, se forma un tumor. Al igual que una ciudad capturada por fuerzas enemigas, el tumor se convierte en una fortaleza con múltiples mecanismos de defensa con los que resiste los ataques continuados del sistema inmunitario. Dentro de la fortaleza, los virus tumorales y células trastornadas proliferan y son enviados, como si fueran agentes secretos, para corromper (infectar) células sanas en otra parte. Las células del tumor mismo crecen en ausencia de las restricciones que gobiernan las células normales y, casi de inmediato, se convierten en tejidos de crecimiento rápido en el cuerpo. A medida que crecen rápidamente, roban alimentos y energía requeridos por las células sanas. Por esta razón, pacientes de cáncer pueden parecer muertos de hambre y demacrados (el termino medico es caquexia). Los tumores causan dolor al hacerse lo suficientemente grandes para oprimir nervios y otras estructuras sensibles al dolor. Pueden obstruir conductos o intestinos causando una severa disfunción corporal. A menudo toman posesión de órganos enteros, por ejemplo el hígado o los pulmones, atestando las células funcionales y conduciendo el órgano hacia su muerte.

Muchos canceres se propagan o metastatizan; localizándose en otras áreas del cuerpo (¿recuerda los virus tumorales “agentes secretos”?), invadiendo órganos lejos de donde comenzaron originalmente. En contraste, la mayoría de las células normales están ancladas en su sitio. Debido a esta movilidad, una célula de cáncer de mama, por ejemplo puede abrirse camino hacia el cerebro y comenzar otro tumor. Cuando se hacen presentes las metástasis (sitios distantes de invasión cancerosa) el enemigo ya ha desarrollado varias fortalezas por todo el cuerpo. Si el cáncer no se controla, la muerte es el resultado inevitable.

La intervención normal del cáncer se centra en la extirpación quirúrgica de tumores y, o su destrucción mediante radio o quimioterapia. Aunque son poco comunes, también existen terapias inmunoestimuladoras. Desafortunadamente la mayoría de estas intervenciones también dañan el tejido normal sano. Por ejemplo, la quimioterapia indiscriminadamente destruye todas las células de crecimiento rápido (a veces produciendo en el acto un gran número de radicales libre). Por lo tanto, mientras esta dirigida al cáncer, también destruye folículos pilosos normales, células de medula ósea que producen sangre, las células que recubren el intestino y, más importante, las células protectoras del sistema inmunitario que son esenciales para prevenir la infección. El desafió de la terapia es el de destruir el cáncer antes de que la quimioterapia u otro tratamiento debilite mortalmente al paciente.

¡Resulta irónico pensar que la radiación y los ataque de radicales libres de la quimioterapia, que son usados para destruir los tumores, se parezcan a los procesos que causaron el cáncer en primer lugar.

Aunque la mayoría de los médicos comúnmente no los reconocen como tales, los suplementos alimenticios pueden ser adjuntos valiosos en el tratamiento normal del cáncer. No ha surgido evidencia convincente que pruebe que interfieren con la quimioterapia; aunque algunos investigadores han estudiado la posibilidad. Adicionalmente, al contrario de los medicamentos que no hacen nada para prevenir el cáncer; los suplementos alimenticios resultan extremadamente eficaces en regular la disfunción celular que conduce a mutación y cáncer. “Una onza de prevención vale una Tonelada de cura” ¡nunca ha sido mas propicio!

Las Xantonas del Mangostan (fitocéuticos que solo se encuentran en esta planta) poseen una capacidad probada de destruir células cancerosas; de hecho, una Xantona, la Garcinona E. fue mucho mas eficaz que cinco agentes empleados comúnmente en la quimioterapia para tratar el cáncer de estomago, hígado y pulmón (vincristina, mitos-antrona, 5-fluorouracil, cisplastina y metotrexato) según un reciente estudio in Vitro bien diseñado.

Con el fin de comprender los diferentes medios por los que los fitocéuticos del Mangostan nos protegen del cáncer, tengo que volver un momento a la teoría mas aceptada del desarrollo de cáncer.

Paso 1: El material genético (ADN) de la célula es dañado por radicales libres de contaminación, residuos metabólicos e infección o enfermedad y ocurre MUTACION.

Paso 2: La célula dañada se divide y comienza a desobedecer las reglas de la duplicación celular normal. El cáncer ahora es un hecho.

Paso 3: Los carcinógenos luego promueven el desarrollo y la progresión del tumor a menudo conduciendo a metástasis.

¿En que punto intervienen los fitocéuticos del Mangostan en este proceso mortal? Pues, la respuesta es que además de ser agentes antitumorales cuando el cáncer ya es un hecho, previenen y detienen los cambios cancerosos en cada paso. Es bastante imposible para nosotros evitar exponernos a los cancerigenos y los ataques de radicales libres que siguen a estos, pero los antioxidantes y otros fitocéuticos activos presentes en el Mangostan pueden proveer protección de daños celulares críticos. Lo logran mediante la regulación de la expresión del gen y reparando el daño causado por radicales libres. En otras palabras, protegen contra el cáncer tanto al ayudar a los policías (los genes) como a las fuerzas armadas (el sistema inmunitario) a volverse más eficaces previniendo en primer lugar la mutación.

Además, los elementos biológicamente activos del Mangostan impiden la promoción y el progreso del cáncer cuando si ocurre daño al ADN; atacando finalmente a los tumores exigentes. Unas palabras de advertencia; en “Mangostan: El factor X”, he descrito la diferencia entre medicinas y fitocéuticos.

Las medicinas son como un martillo comparado con los mazos de goma de los fitocéuticos. No vaya a discontinuar ningún tratamiento de cáncer para reemplazarlo con Mangostán. Los fitocéuticos actuaran aun en presencia de otras terapias de cáncer. Recuerde también que no hay evidencia firme que el uso de fitocéuticos perjudique la eficacia de la quimioterapia.

Para terminar, aunque es muy emocionante darse cuenta lo que harán los fitocéuticos del Mangostan en el área del tratamiento de cáncer, es mucho más importante prevenir en primer lugar el desarrollo del cáncer. No hay nada que lo haga mejor que el Mangostan. El esperar hasta que usted desarrolle cáncer para aprender como manejarlo no seria muy inteligente. Tal vez no se de cuenta de la labor protectora que esta realizando en su cuerpo, pero a medida en que vayan pasando los años; los resultados que usted experimentara serán difíciles de imaginar. Desafortunadamente, muchos de sus amigos que eligieron no suplementar, no estarán presentes para celebrar su buena salud.

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